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lunes, 29 de septiembre de 2014

SECRETOS PARA CONSERVAR EL AMOR




Todos los matrimonios tienen baches, y éstos pueden surgir en cualquier momento. Lo fundamental es aprender a pasarlos de forma que no amenacen su relación. Sin importar cuánto tiempo lleve de casado, existen reglas sencillas y básicas para recorrer el camino. Ponerlas en práctica no siempre resulta fácil, pero es vital. Si las sigue, fortalecerá su vínculo... y verá que las cosas buenas —diversión, sexo, confianza, afecto— se darán mejor que nunca.

 1: Busque un equilibrio El aburrimiento, la frustración y las fricciones diarias pueden extinguir la llama del amor. Para alimentarla, céntrese en las cosas buenas. He aquí cómo lograrlo: Primero, tenga en cuenta que necesita hasta 20 comentarios positivos para contrarrestar el daño hecho por uno negativo (o por una mirada fría o un gesto de impaciencia). Así que use más los primeros y menos los segundos. Halague la camisa nueva de su esposo, los zapatos nuevos de su esposa. Agradézcale su ayuda en la casa. Llámela a la oficina para decirle que piensa en ella (pero no hable sobre tareas del hogar o los hijos). Asegúrese de que estos halagos y agradecimientos sean sinceros y específicos: “Gracias por encargarte de llevar el auto al mecánico” o “Qué lindo mantel. Siempre estás en los detalles”. Haga contacto visual cuando sonría o le diga algo agradable, y trate de acompañarlo con un sonido de alegría (por ejemplo, un suspiro de satisfacción). Una vez que logre este acercamiento se dará cuenta de que, además de conocer las cosas que molestan a su cónyuge, sabrá lo que lo hace feliz. Después de todo, así fue cómo empezó su relación. Se dará cuenta de que siempre es buen momento para una pequeña muestra de amor. Dele a su pareja un abrazo que diga: “Me alegra verte”, y un beso cuando llegue a casa. Sorpréndala con una taza de café en la cama un domingo lluvioso (y quédese a charlar). Disfrute de sus cualidades positivas y deje los defectos de lado. Esboce una sonrisa de “Me encanta que estemos juntos” cuando saque la basura. Cada noche, antes de dormir, propóngase darle un largo beso. Si tiene pequeños detalles con sus hijos, ¿por qué no también con su pareja?

 2: Mantenga la cercanía El tacto humano libera endorfinas, que hacen sentir bien a quien da y a quien recibe. Así que tómense de las manos con mayor frecuencia. Acaricie su mejilla cuando le dé los buenos días. Reviva la forma en que se tocaban al inicio de la relación: dele un beso detrás de la oreja, pásele la mano por el cabello. Usar más este tipo de contacto le ayudará a fortalecer su relación. Esto es importante, pues una unión sólida puede enfrentar cualquier tormenta (y estar mejor preparada para evitar una infidelidad). ¿Cómo crear este lazo? Primero, apoye a su alma gemela. Póngase de su lado cada vez que pueda, cuando surjan problemas en el “mundo exterior”. Guarde sus secretos, aunque en la oficina todos cuenten los de sus parejas. A menos que se trate de una emergencia, no permita que nada interrumpa el tiempo que tienen destinado a ustedes. Hablando de tiempo para los dos, hagan el compromiso de conversar 30 minutos por día sobre sus planes diarios, metas y sueños. No vale hablar de cosas de la casa ni de su relación. Se trata de construir una amistad. Los estudios muestran que ser amigos tiene recompensas, pues asegura una unión más cariñosa y sensual. Y no se olvide de encontrar tiempo para la intimidad, aunque ten-ga que anotarlo en su agenda. ¿Programar el sexo? Si es necesario, sí. Ser espontáneos es fabuloso, pero no siempre es posible. Otra cosa que no deben esperar son las ocasiones para celebrar el éxito. Incluso las pequeñas victorias merecen reconocimiento. Si su matrimonio anda sobre ruedas, vale la pena celebrarlo. Vayan a cenar a donde le propuso matrimonio, o hagan un viaje. Se lo han ganado.


 3: Recuerde: nadie es perfecto Es tentador culpar al cónyuge cuando se siente enojado, desilusionado, aburrido o presionado, y es fácil creer que su pareja debe transformarse para que mejoren las cosas. Cuidado: tratar de cambiar al otro lo pondrá a la defensiva y usted se convertirá en el malo de la película. ¿El resultado? Nadie cambiará, nadie asumirá su responsabilidad, todos serán infelices. Y echarle la culpa a su cónyuge significa ignorar el 90 por ciento bueno que tiene. Para arreglar las cosas, quien necesita cambiar es usted. Si logra reconocer sus propios defectos y valorar a su pareja, sucede algo mágico: aumenta el optimismo. Su cónyuge se siente apreciado y ambos se ven motivados a modificar sus actitudes para ser más felices. Un buen consejo es adoptar la filosofía japonesa que celebra la belleza de la imperfección o wabi sabi. La próxima vez que su pareja haga algo que le moleste, respire hondo y recuerde que las intenciones de su pareja son buenas, aunque la ejecución no lo sea. Del mismo modo, no pase por alto lo positivo. Todos los días de este mes elija algo que le guste de él o ella, y dígalo: “Mi esposa es considerada” o “Mi esposo me hace reír” y piense en un hecho específico que lo respalde: “Me lavó el coche ayer” o “Si estoy triste, me anima con su buen humor”. Finalmente, no se abrume por sus propias imperfecciones. A veces nos culpamos por todo lo malo que pasa, y eso puede paralizarnos. Piense en sus propias virtudes, convénzase de que las tiene y ponga ejemplos: “Soy considerada: ayer le di a mi marido la última galletita” o “Soy sincero: le digo a mi esposa lo que pienso”.

 4: Conserve la chispa de su relación El consejo que dan los expertos a los solteros que buscan a la pareja perfecta es: “Sea usted como quiere que sea su pareja”. Lo mismo se aplica en el matrimonio; mientras más feliz sea, más feliz será su unión, y más sencillo será resolver los conflictos. Si 15 minutos de yoga por la mañana, cambiar a café descafeinado o probar un nuevo pasatiempo lo hace sentir relajado, esos sentimientos positivos harán que tengan momentos más felices juntos. Mientras tanto, admítalo: solía preo-cuparse mucho por su cabello y por buscar la prenda más sensual para llamar la atención de su pareja, y ahora se conforma con pantalones viejos y una camiseta descolorida para dormir. Es hora de mejorar su apariencia. Peine esa melena, lávese los dientes y cómprese una bata nueva. Sentirse cómodo con su apariencia se notará en su mirada. Es más factible que haga contacto visual, y eso encenderá la chispa en su cónyuge. ¡Y ya saben qué hacer después!
 5: Siempre pelee limpio Los conflictos son una parte normal, e incluso saludable, de cualquier matrimonio. Lo importante es cómo los maneje. En un estudio realizado en Florida con parejas que llevaban mucho tiempo juntas, la habilidad para resolver problemas entre los dos fue un factor clave en el 70 por ciento de las parejas satisfechas; en contraste, solo el 33 por ciento de las parejas insatisfechas dominaba esta habilidad. Con la actitud y las herramientas correctas, los conflictos abren la puerta hacia una mayor intimidad: la oportunidad de ser visto y amado por lo que realmente es y de aceptar a su pareja, con todo lo adorable y vulnerable que es, y construir una unión sólida sin que nadie se guarde las cosas o se derrumbe. Lo primero es alejarse de la crítica, la confrontación y la hostilidad, que solo agregan leña al fuego. Investigadores de la Universidad de California que estudiaron a 79 parejas durante más de una década descubrieron que quienes se divorciaron pronto peleaban larga y escandalosamente, y siempre estaban a la defensiva o listos para atacar. Por el contrario, las parejas felices evitan verbalizar los pensamientos críticos, impiden que las discusiones se salgan de control, y no usan palabras como “nunca” y “siempre” Sitienen una pelea, cambie el tema, inyecte un poco de humor al momento, muéstrele a su cónyuge empatía o dedíquele un gesto especialmente afectuoso. Si es tarde para esto, pida una tregua, aléjese y trate de calmarse.

 6: Elija el mejor momento y lugar No empiece una charla que pueda convertirse en una discusión cuando esté cansado o hambriento. El hambre y la fatiga pueden desencadenar comentarios impacientes y pensamientos cínicos. Por lo mis- mo, evite el alcohol. Resérvelo para cuando se haya relajado la tensión... ¡entonces sí vale la pena brindar! Nunca intente discutir temas maritales importantes si está ocupado con otra cosa. Apague la televisión o la computadora, descuelgue el teléfono y cierre el libro. Si está distraído o a punto de salir, elija otro momento para hablar. Los conflictos no se resuelven a las corridas. También recuerde que la forma en que maneje estas situaciones no solo le afecta a usted. Si la conversación no es apta para menores, deténgase y prográmela para cuando sus hijos no estén presentes. Si están ahí, sea siempre respetuoso.
Los estudios muestran que los niños se desarrollan mejor (y aprenden a llevarse bien con los demás) cuando sus padres resuelven los conflictos de manera constructiva; pero desarrollan inseguridades y problemas de conducta si se la pasan oyendo gritos.

 7: Escuche Lo mejor para mantener un matrimonio sólido es hablar menos y escuchar más. Las culpas, los insultos y las peleas solo llevan a un mal final o, por lo menos, a un infierno en vida. Si una charla se vuelve una discusión, no interrumpa, ofrezca una solución o defienda demasiado pronto. Los sentimientos a flor de piel necesitan ser expuestos. Asienta con la cabeza, replantee lo que le exprese su pareja o diga un suave “ajá” para demostrar que toma en cuenta las emociones detrás de las palabras.
 A veces, lo único que necesitamos para sentirnos más cerca de alguien es prestar mayor atención a lo que dice


TIPS PARA UN MATRIMONO FELIZ



Una vez has terminado la búsqueda del hombre ideal, cuando ya has escogido a esa persona con la que quieres compartir tu vida, esperas que todo sea perfecto. Sin embargo, la convivencia no es nada fácil y debes estar preparada para afrontar cualquier situación difícil. ¡Tips para lograr un matrimonio feliz!







Comenzar una vida con otra persona puede ser muy excitante porque comienzas a experimentar un nuevo estilo de vida donde ya no piensas en unitario.
Vivir con otro y más si están enamorados les mostrará lo lindo que resulta compartir la alegría por los logros cumplidos, contar con apoyo, y luchar para que tanto tus metas como las de él se realicen.
Pero esto no se logra de la noche a la mañana, se requiere de paciencia y de la palabra clave: sacrificio, pues el éxito de un matrimonio radica en entender a la otra persona y estar dispuesto a ceder un poco para el bienestar de ambos.
  • No olviden que aunque ‘trillado’ la clave es la comunicación

Definitivamente lo más importante es comunicarte, hacerle saber a él lo que te gusta y lo que te molesta. Nada más ‘tensionante’ en una relación que un problema del que siempre evitan hablar.
Además recuerda que los besos, las caricias y los gestos son otra manera de decirle ‘Te amo’ o ‘Te estoy odiando’.
Te en cuenta los siguientes tips que te permitirán no sólo sobrellevar los problemas sino fortalecer la relación.
  • 10 claves para mantenerse unidos:

Apoyo mutuo 

Apóyense el uno al otro en público, esto les dará seguridad. Sean cómplices y bríndense compañía. Además de amantes sean amigos y cuéntese las cosas positivas y negativas que pasan en su vida.

Cultiva el amor con detalles

Sorpréndelo con pequeños detalles, una carta escondida, una cena especial, su dulce favorito, una foto de los dos, una invitación a cine o teatro. Salúdalo todas las mañanas cariñosamente, como si se acabaran de encontrar y despídete con un beso cada vez que salga de casa. Celebra su cumpleaños, el día de su aniversario, y las fechas que sean importantes. Otro aspecto que los hará sentir más unidos es llevar tu anillo de bodas siempre, esto le dará confianza a tu pareja.
Nunca se hieran

Cuando conviven se conocen tan bien que saben exactamente lo que más le puede doler al otro. Pero nunca usen esa parte vulnerable para lastimarse y herirse pues una vez se cruza la línea del respeto será muy difícil echar para atrás. Mejor respira profundo y piensa cuanto lo amas antes de empezar una discusión.
Terra USA

martes, 23 de septiembre de 2014

ANIVERSARIO DE EBANO / 31 AÑOS

FELIZ ANIVERSARIO MARIA DAL PONT



* Regalo tradicional - Ébano * Regalo moderno - Rompecabezas * Flor - Azucena * Piedra preciosa - Ojo de tigre * Color - Gris

El Aniversario Trigesimoprimero

 Para preparar las Bodas de Ébano, que es como se llama el 31 aniversario de bodas, podemos tener en cuenta los elementos que se representan este aniversario: ébano, azucena, ojo de tigre y el color gris. Un buen regalo para este día, puede ser algo en madera de ébano, con eso simbolizamos la fortaleza de nuestro matrimonio, ya que esta madera es una de las más duras. Otro regalo, las azucenas, cuyo significado es corazón inocente. Estos detalles se pueden acompañar con un apreciado cristal, el ojo de tigre. Como ya sabemos, cada aniversario tiene un color que lo representa, para el 31 aniversario de casados es el gris, color de la esta, cualidad esta, fundamental en el matrimonio.



lunes, 18 de agosto de 2014

COMO ORGANIZAR LAS BODAS DE ORO





Por ROBERTO SEBASTIÁN CAVA
“El que se casa por todo pasa”, dice el refrán y aunque no deseo hacer partícipes de una humorada a los tan amables lectores de REVISTA PROTOCOLO, deseo hablarles hoy sobre la celebración de las bodas de oro matrimoniales.
Las personas singulares y las colectivas celebran este aniversario porque es algo importante en sus vidas Cincuenta años son muchos y evocan un tiempo transcurrido y compartido. Hoy los matrimonios lo festejan de una manera muy especial en un día donde brilla un milagro de amor. Son los hijos, los nietos y los bisnietos quienes harán fiesta en el mejor sentido de esta palabra.
He tenido ocasión de organizar esas celebraciones desde el punto de vista profesional. Con anticipación pedí a los esposos que me contasen algunos detalles de sus bodas y así pude pergeñar todo. Recuerdo el texto de una invitación. La habían redactado personalmente y cedo un poco a la indiscreción para transcribirla.
Dice así: “N.N. y N. N., después de muchos años con enojos, controversias, disgustos y alegrías, abrazos, besos, celos, etc., triunfó el Amor: con este motivo los invitamos para el viernes 26 de mayo a las 21.00 en punto. Los esperamos, será un placer festejar con ustedes nuestras Bodas de Oro”.A primera vista puede parecer cursi, pero no lo es. Los esposos buscaron una forma propia para trasmitir su alegría.
Es la prudencia la que debe reinar en estas celebraciones pues los años no pasan en vano para todos. Es preciso escoger un sitio adecuado donde los invitados se encuentren cómodos. No hay que olvidar que los esposos podrán invitar también a una Misa previa al festejo. Por eso los posibles traslados deben ser reducidos a los más imprescindibles.
Hay empresas dedicadas a la organización de un evento como el que comento. Lo hacen muy bien siempre y cuando participemos nosotros activamente en la puesta en marcha de lo presupuestado. Una cosa es lo escrito en un papel y otra es la realidad.
Hay matrimonios que optan por la sencillez y prefieren una celebración sin estridencias. No hay cosa más desagradable para ellos que un sitio ruidoso, con música a todo volumen. Ellos son jóvenes, pero menos jóvenes que hace cincuenta años, cuando se casaron.
El menú de las bodas tiene que estar de acuerdo con la edad de los invitados. Por eso también es preciso que ellos al confirmar su asistencia expresen también si tienen alguna dieta especial de comidas. Hace muchos años atrás quien llevaba una dieta se consideraba enfermo y declinaba una invitación. Hoy vamos todos y quienes nos ocupamos de organizar las celebraciones no podemos olvidar la delicadeza debida a cada uno de los invitados.
No nos será posible ofrecerles unas patatas al vapor y sin sal y rociadas con menta. En cambio, una variante hipocalórica, bien presentada por un sonriente camarero colaborará indudablemente. Las dietas vegetarianas, celíacas y por motivos religiosos no se nos pueden escapar.
Párrafos atrás mencioné a la música. Es un algo muy delicado y conviene conversarlo con anticipación con los esposos y con su familia. Es muy simpático que bailen un vals pero, antes tenemos que saber si están en condiciones de hacerlo. Parafraseando la letra de un tango podríamos decir que cincuenta años no es nada, siempre y cuando la salud haya acompañado generosamente a los esposos.
Me han preguntado con frecuencia si en esta celebración hay que dar algún discurso. No existe una respuesta única pero hay que evitar las emociones fuertes. No sería la primera vez que uno de los cónyuges se conmueva más de lo necesario y acabe ingresado.
Hay que alegrarnos con un aniversario tan significativo. Conviene ser cautos ante el invitado inspirado y con deseos de hablar. Un brindis sencillo y espontáneo puede reemplazar las frases que alguna vez hemos escuchado: “Alcemos las copas para brindar por este milagro de amor”, o ”En reconocimiento a vosotros, por llenar nuestras existencias de dicha, alcemos las copas para brindar”. Recordemos entonces, para nuestros adentros, aquello de “a boda y bautizado, no vayas sin ser llamado” o “voluntarios, abstenerse”.
El humorismo es un modo de presentar la realidad hasta en la elección de un menú adecuado. Por estas tierras y en especial en Buenos Aires, son muy variadas las propuestas culinarias para una celebración así. A lo mejor, pueden resumirse en “campestre”, “formal” o “finger food”.
La “campestre” parecería poco adecuada porque se trata de ofrecer carnes asadas sobre brasas. En un plato apetitoso a veces poco compatible con la edad de algunos invitados. La llamada “formal” es algo interesante. Sostengo que en Protocolo todos los actos son formales y si se aplica ese adjetivo a un agasajo no me convence. Podría denominarse simplemente “cena o almuerzo”. Debo admitir que los “asados” gozan de gran aceptación en estas tierras, pero cada cosa en su sitio. Somos exigentes en las comidas y las influencias europeas están presentes en nuestra alimentación.
La época del año incide en la alimentación. Mientras en estas tierras gozamos de un invierno, podría ser ofrecida esta propuesta elegante que nos ofrece: menú de cinco pasos, tres salados y dos dulces. La degustación previa del mismo y de las bebidas integra nuestro trabajo. Es allí cuando se determina el tipo de mesa a utilizarse, la ubicación de los invitados y todos los detalles de la celebración.
Esta mañana una oyente de mi segmento radiofónico comentó que para la cena de sus bodas de oro le habían presupuestado “una copa de bienvenida”. Ella pensaba que correspondería un cóctel y razón tenía. Ese agasajo tiene un gran efecto ordenador, como bien sabemos y, por otra parte, permite ofrecer a los agasajados algo pensado sin atiborrarlos con comida antes del almuerzo o de la cena.
El sistema del “finger food” posee muchos adeptos. Como su nombre lo señala son aquellos alimentos que pueden ser llevados a la boca con facilidad, muchas veces sin la ayuda de cubiertos. Es un agasajo de moda aunque a mi entender no recomendable para unas bodas de oro matrimoniales. Los postres forman un capítulo. Por lo general se presentan de una manera muy atractiva y vistosa.
Si me lo permiten, me pondré un poco más cursi. Sé bien lo que significan cincuenta años de matrimonio. Mis padres llegaron a cumplir sesenta y seis. De sus hijos alguno ya celebró sus bodas de oro y otro está en camino. En estas celebraciones se acostumbra hacer regalos. Por una parte los cónyuges entre sí y, por otra los invitados. Cincuenta años merecen ser bien celebrados porque el amor no tiene cura, pero es la única medicina para todos los males
.

PARA TODA LA VIDA



¿Me quieres, amor, me quieres?
¡Sí, para toda la vida!...
y era yo quien preguntaba,
siempre soñando una espina,
siempre rondando una duda,
siempre imaginando heridas.
"¿Me quieres, amor, me quieres?"
¡Sí, para toda la vida!...
Tardes, madrugadas, noches,
mañanas y mediodías;
en el balcón, en la calle,
en el sueño, en la vigilia,
siempre, siempre preguntando,
corazón, si me querías,
y de pronto, no sé cómo,
sin una razón precisa, 
mi voz amarga y cansada
se fue quedando dormida,
y cayó sobre mi alma
una lluvia dulce y fina
que se fue cristalizando
en nieve delgada y fría.
y ya no pregunté más,
corazón, si me querías.
Ahora, eres tú quien se queja,
quien pregunta y quien suspira
¿Me quieres, amor, me quieres?,
me dices con voz dolida...
y yo, de la misma forma
con que tú me respondías,
escondiendo la verdad
debajo de la mentira,
te digo ausente y lejano:
—¡Sí, para toda la vida!...



jueves, 14 de agosto de 2014

AMOR DEL BUENO




El Amor es entregarlo todo sin temor,
te hace confiar y alejar cualquier rencor.

El Amor es robar un beso, un sentimiento,
te vuelve preso, y no hay por ello arrepentimiento.

El Amor es adorar como si fuese una religión,
te hace pecar, sin que ello sea perdición.

El Amor te hace hallar una razón más para existir,
te cambia tu manera de ver las cosas y tu vivir.

El Amor te hace necesitar y hasta desear,
te hace ganar, sin necesidad de pelear.

El Amor te hace reír, te hace cantar,
te suaviza la voz, simplemente por amar.

El Amor te hace llorar, te hace sentir dolido,
te pone triste, cuando lo has perdido.

El Amor te hace alimentarlo de pequeños detalles,
te vuelve hambriento, y no hay manera de que lo calles.

El Amor te ilumina la mente y la vida,
te vuelve ciego, y para la razón no hay cabida.

El Amor te hace ponerle nombre a una estrella,
te permite reconocerla, porque para ti es la más bella.

El Amor no sabe de límites, fronteras, ni tierra lejana,
te hace sentir que cualquier distancia tiene un mañana.

El Amor es algo entre dos corazones que se quieren,
te hace entregar el alma sin que lo esperen.

El Amor te hace perdonar, comprender,
te tranquiliza, y la paz te hace entender.

El Amor con un beso detiene el tiempo en un instante,
te lo acelera, cuando disfrutas de él con tu amante.

El Amor te hace mirar con cierta ternura,
te hace querer, con un poco de locura.

El Amor despierta en ti la inspiración,
te vuelve esclavo de una tentación.

El Amor es algo así como escribir un bello poema,
te hace crear versos, sin ningún problema.

LA OTRA MUJER



Después de 21 años de matrimonio, descubrí una nueva manera de mantener viva la chispa del amor. Desde hace poco había comenzado a salir con otra mujer, en realidad había sido idea de mi esposa.
Tú sabes que las amas –me dijo un día, tomándome por sorpresa - . La vida es muy corta, dedícale tiempo. Pero yo te amo a ti - protesté.
Lo sé. Pero también la amas a ella.
La otra mujer, a quien mi esposa quería que yo visitara, era mi madre, viuda desde hacía 19 años, pero las exigencias de mi trabajo y mis 3 hijos hacían que solo la visitara ocasionalmente.
Esa noche la llamé para invitarla a cenar y al cine.
-¿Qué te ocurre?¿Estás bien? – me preguntó, mi madre es el tipo de mujer que una llamada tarde en la noche, o una invitación sorpresiva es indicio de malas noticias.
-Creí que sería agradable pasar algún tiempo contigo, le respondí. Los dos solitos. ¿Qué opinas?
Reflexionó sobre ello un momento. Me gustaría muchísimo, dijo.
Ese viernes mientras conducía para recogerla después del trabajo, me encontraba nervioso, era el nerviosismo que antecede a una cita... y ¡Por Dios, cuando llegué a casa, advertí que ella también estaba muy emocionada!.
Me esperaba en la puerta con su viejo abrigo puesto, se había rizado el pelo y usaba el vestido con el que celebró su último aniversario de bodas, su rostro sonreía, irradiaba luz como un ángel.
Les dije a mis amigas que iba a salir con mi hijo, y se mostraron muy impresionadas. -me comentó mientras subía a mi auto. - No pueden esperar a mañana para escuchar acerca de nuestra velada.
Fuimos a un restaurante no muy elegante, sí muy acogedor, mi madre se aferró a mi brazo como si fuera “La Primera Dama de la Nación”. Cuando nos sentamos, tuve que leerle el menú. Sus ojos sólo veían grandes figuras.
Cuando iba por la mitad de las Entradas, levanté la vista; mamá estaba sentada al otro lado de la mesa, y me miraba. Una sonrisa nostálgica se le delineaba en los labios.
Era yo quien leía el menú cuando eras pequeño. ¿Recuerdas?
Entonces es hora de que te relajes y me permitas devolver el favor –respondí.
Durante la cena tuvimos una agradable conversación; nada extraordinario, sólo ponernos al día con la vida del otro. Hablamos tanto que nos perdimos el cine.
-Saldré contigo otra vez, pero solo si me dejas invitar, dijo mi madre cuando la llevé a casa, asentí, la besé, la abracé
-¿Cómo estuvo tu cita? – quiso saber mi esposa cuando llegué aquella noche
-Muy agradable, gracias. Mucho más de lo que imaginé, le contesté.
Días más tarde mi madre murió de un infarto masivo, todo fue tan rápido, no pude hacer nada. Al poco tiempo recibí un sobre del restaurante donde habíamos cenado mi madre y yo, y una nota que decía: “La cena esta pagada por anticipado, estaba casi segura, de que no podría estar allí, pero igual pagué para dos, para ti y para tu esposa, jamás podrás entender lo que aquella noche significó para mí. ¡Te amo! ”.
-En ese momento comprendí la importancia de decir a tiempo “TE AMO” y de darles a nuestros seres queridos el espacio que se merecen; nada en la vida será más importante que Dios y tu familia, dales tiempo, porque ellos no pueden esperar

sábado, 12 de julio de 2014

HAY QUE TENER UN AMANTE



Me encontré en el Facebook,con este post que me interesó para ustedes, amigos, Muchas veces ,incluyendome, tenemos la mente vacía por la rutina y la llenamos de dolencias,ataques de pánico y muchas cosas mas...creo que leer esto nos servirá para mejorar nuestra vida y  nuestra relación de pareja.

HAY QUE TENER UN AMANTE!

“Muchas personas tienen un amante y otras quisieran tenerlo. Y también están las que no lo tienen, o las que lo tenían y lo perdieron. Y son generalmente estas dos últimas, las que vienen a mi consultorio para decirme que están tristes o que tienen distintos síntomas como insomnio, falta de voluntad, pesimismo, crisis de llanto o los más diversos dolores.

Me cuentan que... sus vidas transcurren de manera monótona y sin expectativas, que trabajan nada más que para subsistir y que no saben en qué ocupar su tiempo libre. En fin, palabras más, palabras menos, están desesperanzadas.

Antes de contarme esto ya habían visitado otros consultorios en los que recibieron la condolencia de un diagnóstico seguro:”Depresión” y la infaltable receta del antidepresivo de turno.

Entonces, después de que las escucho atentamente, les digo que no necesitan un antidepresivo; que lo que realmente necesitan, ES UN AMANTE.

Es increíble ver la expresión de sus ojos cuando reciben mi veredicto. Están las que piensan: ¡Cómo es posible que un profesional se despache alegremente con una sugerencia tan poco científica!. Y también están las que escandalizadas se despiden y no vuelven nunca más.

A las que deciden quedarse y no salen espantadas por el consejo, les doy la siguiente definición: Amante es: “Lo que nos apasiona”. Lo que ocupa nuestro pensamiento antes de quedarnos dormidos y es también quien a veces, no nos deja dormir. Nuestro amante es lo que nos vuelve distraídos frente al entorno. Lo que nos deja saber que la vida tiene motivación y sentido.

A veces a nuestro amante lo encontramos en nuestra pareja, en otros casos en alguien que no es nuestra pareja. También solemos hallarlo en la investigación científica, en la literatura, en la música, en la política, en el deporte, en el trabajo cuando es vocacional, en la necesidad de trascender espiritualmente, en la amistad, en la buena mesa, en el estudio, o en el obsesivo placer de un hobby… En fin, es “alguien” o “algo” que nos pone de “novio con la vida” y nos aparta del triste destino de durar.

¿Y qué es durar? – Durar es tener miedo a vivir. Es dedicarse a espiar como viven los demás, es tomarse la presión, deambular por consultorios médicos, tomar remedios multicolores, alejarse de las gratificaciones, observar con decepción cada nueva arruga que nos devuelve el espejo, cuidarnos del frío, del calor, de la humedad, del sol y de la lluvia. Durar es postergar la posibilidad de disfrutar hoy, esgrimiendo el incierto y frágil razonamiento de que quizás podamos hacerlo mañana.

Por favor no te empeñes en durar, búscate un amante, se vos también un amante y un protagonista… de la vida. Pensá que lo trágico no es morir, al fin y al cabo la muerte tiene buena memoria y nunca se olvidó de nadie.

Lo trágico, es no animarse a vivir; mientras tanto y sin dudar, búscate un amante…
La psicología después de estudiar mucho sobre el tema descubrió algo trascendental:

“Para estar contento, activo y sentirse feliz, hay que estar de novio con la vida”.

Jorge Bucay
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 — con Jorge Bucay.




miércoles, 4 de junio de 2014

MATRIMONIO PERFECTO BALANCE



Hace una semana se fue mi esposa de viaje. En mi familia, yo viajo bastante para dictar mis conferencias y mi esposa se queda en casa. Esta vez era diferente, raro, era la primera vez desde hace muchos años, que me quedaba yo solo en casa. Somos bien unidos y me dio mucha pena que se fuera. Pero en la noche, después de estar con mis hijos y estuve en mi cuarto solo, me vino una sensación agradable. Me di cuenta que tenía total autonomía. Podía ver el video que yo quisiera, podía acostarme a la hora que me daba la gana, podía quedarme leyendo por horas con la luz prendida. Me vino una sensación de libertad. Esta motivación de autonomía me duró dos días. Al tercero ver el video que yo quería o leer hasta cuando me daba la gana no me traía más satisfacción. Al contrario empecé extrañar fuerte a mi esposa, quería abrazarla, estar con ella y amarla. Mis encuentros con ella se limitaban a una conversación por skype que me dejaban un vacío cuando terminaban.

 Llegue a la conclusión que el matrimonio es el perfecto balance entre la necesidad de autonomía y la necesidad de dar y recibir amor. Cuando uno se casa, sacrifica en parte su autonomía, uno no puede hacer lo que da la gana todo el tiempo. El timón del matrimonio debe compartirse entre hombre y mujer. A veces una persona de la pareja hace cosas que no le gustan tanto porque son importantes para la otra persona. Uno cede su autonomía en parte pero gana en su necesidad de dar y recibir amor, una necesidad importantísima del ser humano. Sin embargo, hay parejas donde hay amor, pero solo una persona controla el timón y somete, y le quita toda la autonomía a la otra. Algunas parejas sobreviven, pero en la mayoría casos esta falta de autonomía se traduce en infelicidad, y la infelicidad va lijando poco a poco el amor hasta ya es muy tarde.

 Mi esposa llegó y lo único que quería hacer era estar ella, engreírla, cuidarla, mostrarle mi amor y no me interesaba en ese momento mi autonomía para nada. Las necesidades del hombre tienen subidas y bajadas, el reto es aprender a mantener todas en equilibrio.

 David Fischman

http://goo.gl/F9TL6c

viernes, 23 de mayo de 2014

¿POR QUE?



¿Y porque? No es culpa de nadie más que de la misma mujer, hay como un pudor a madurar y querer ser regia, mucho antes de que la vida la saque de circulación, la mujer ya se plantea inconscientemente que debe afearse, porque ya no es joven.

 No importa la edad que tengas, Sólo piensa que esa es la edad exacta para empezar a vivir ...¿Se han dado cuenta como en el mundo la publicidad ha empezado a pescar a las mujeres maduras y a hablar de su belleza? Ahóra solo eres vieja cuando te sientes vieja, pero mientras en tu mente tengas ilusiones, proyectos, sueños y sobre todo trates de verte tal como te sientes, no serás vieja nunca, la vejez es algo mental, no hay nada más fascinante que ser mujer, sentirse mujer y vivírselo- No te quites las arrugas, quitate los pensamientos. . . Recuerdálo.

Marissa

jueves, 16 de enero de 2014

AMOR DIVIDIDO PARA DORMIR ?



Les copio este árticulo que me pareció mu interesante ... espero les sea de utilidad


Las parejas se pelean 167 veces al año en la intimidad de su habitación. La causa número uno no es otra que sufrir el robo de la sábana o la colcha. Los siguientes culpables en la lista de las trifulcas conyugales nocturnas son roncar y la igualmente espinosa cuestión de la regulación de la temperatura, de acuerdo con esta encuesta. Unos datos que apuntan a esta realidad: la mayoría duerme mejor por separado. El experto británico en sueño Neil Stanley lo tiene hasta cuantificado, y asegura que las parejas que comparten cama tienen un 50 por ciento más de posibilidades de padecer interrupciones que aquellas que deciden “divorciarse” temporalmente de noche.

A los agravios mencionados en el párrafo anterior podríamos añadir muchos otros. Por ejemplo: compañero que se revuelve como si tuviera pulgas; compañero que se levanta a orinar con frecuencia; que habla (o grita) por la noche, víctima de pesadillas; que le da por consultar el significado de estas pesadillas en la Wikipedia a las 3 de la mañana.

“Compartir cama con alguien que hace ruido y con quien tienes que luchar para mantener tu trozo de colcha no tiene sentido”, escribe Stanley, ex presidente de la Sociedad Británica del Sueño. Este experto asegura que históricamente nunca hemos compartido cama, y que el hábito se remonta a hace relativamente poco tiempo, los comienzos de la revolución industrial, cuando las familias se trasladaron en masa a las ciudades, donde disponían de menos espacio. Stanley señala que en la Roma antigua, la cama era un lugar para sexo, pero no para dormir.

Y eso que los romanos –cuyas costumbres eran, en fin, tirando a peculiares en estos aspectos– no tenían portátiles, iPads o móviles que meter bajo las sábanas. Los aparatos electrónicos dan lugar hoy a contenciosos tanto o más graves que los que desencadena la regulación de temperatura. La cuestión es que cuando dormimos somos tremendamente egoístas. “El sueño es la cosa más egoísta que puedes hacer. Si eres feliz compartiendo cama genial, pero en caso contrario, no deberías tener reparo en dormir en una cama separada”, apunta Stanley, que recuerda que dormir bien es crucial para la salud física, mental y emocional.



Los consejos de Stanley parecen resonar, al menos en el mundo anglosajón. En Estados Unidos, la Asociación Nacional de Constructores prevé que, para el 2015, el 60 por ciento de las viviendas de nueva construcción tenga dos habitaciones principales. El 25 por ciento de las parejas de ese país duerme en camas separadas, según un estudio de la Fundación Nacional para el Sueño de EEUU. Mientras, en Gran Bretaña, una de cada diez parejas hace lo propio. Visto lo visto, ¿por qué no desterrar, entonces, la anclada costumbre? Para empezar, muchas personas (la inmensa mayoría) no disponen de un aposento extra para pasar la noche. Pero el principal inconveniente es menos prosaico: puede convertirse en un primer paso hacia un mayor grado de separación. Compartir lecho es un símbolo de intimidad. Tu pareja es la única persona con que lo haces, recuerda Paul Rosenblatt en su libro Two in a Bed (Dos en una cama, sin traducción al español). Acceso a relaciones sexuales, un lugar donde mantener la privacidad o la posibilidad de reflexionar sobre los eventos del día en la oscuridad son factores que, para la mayoría de las parejas, continúan pesando más que todos los inconvenientes mencionados.

“La cama marital no es solo un lugar donde dormir. Representa proximidad, compartir, la definición misma de matrimonio. Sin una cama que compartir al final del día, ¿sois algo más que dos personas bajo el mismo techo?”, se pregunta el columnista Tim Lott. Si la cosa se pone fea, no obstante, siempre es posible optar por soluciones de compromiso: de lunes a viernes separados, fines de semana juntos, o a la inversa. O por dos camas en la misma habitación. Claro que esto no solucionará el problema del compañero que se levanta diez veces al baño, que se empeña en dormir en una heladera o un horno. Ni el de las pesadillas, la luz o el iPhone en mitad de la noche